martes, 16 de octubre de 2012

Nuka





Era una tarde de Junio del año 2000. Mis padres y yo subíamos al coche en dirección a la tienda de animales, donde Nuka nos estaba esperando, nerviosa, con su cara de ovejita y más bonita que nunca. Recuerdo que fue la tarde más entrañable de mi vida.

Igual que sonreía esa tarde con mis 10 años, también lo hago ahora cuando pienso que ha sido la mejor compañera que he tenido jamás. Mi amiga. La que rascaba la puerta cuando oía que entraba a casa y se ponía contenta como si hiciese meses que no me veía. La que se dormía encima de mi cama y hacía que durmiese con las posturas más extrañas para no que no durmiera en el suelo. La que escondía los huesos detrás de las puertas por miedo a que se los quitásemos. La que aprovechaba la mínima oportunidad para lamerme la cara aunque yo no quisiera. La que me seguía por toda la casa cuando había tormenta, temblando. Siempre la cogía y le susurraba "no passa res Nuka, ja està", y por unos segundos dejaba de temblar. Siempre quería la comida de los demás y nunca la suya. Me daba golpecitos con el hocico en la pierna para que le diese algo para comer. Se tumbaba entre mis piernas y siempre me tropezaba con ella.

Ayer por la tarde, mi madre y yo volvíamos a subir al coche, esta vez para ir a decirle adiós. Un "hasta siempre". Metí la llave en el contacto del coche y se encendió la radio. Empezó a sonar "Angie" de los Rolling Stones. Nunca me había apetecido y entristecido tanto escuchar esta canción.

Llegamos la família al veterinario. Después de hablar entre todos sobre lo que se debía hacer, el veterinario fue a buscar a Nuka para traerla a la consulta, ya que había estado todo el día en observación. Teníamos que despedirnos de ella. Nunca voy a olvidar la sensación que tuve al verla. Se alegró como nunca de vernos a los cuatro. Estaba tan, tan feliz, y yo sólo sentía cómo se me rompía el corazón. Fue una sensación indescriptible, nunca había pasado tanto dolor. Nunca mis lágrimas habían sido tan sinceras. Nadie está preparado para algo así.

No podía ni cogerla de lo contenta y nerviosa que estaba ella. Después de pasar todo el día en el veterinario era la mejor sorpresa que podía tener, encontrarnos a los cuatro esperándola, igual que el día que la fuimos a buscar a la tienda.

La cogí y me miró, con sus ojitos dulces y tristes. Me la comí a besos, como lo hacía cuando llegaba a casa cada día. Y las últimas palabras que le dije fueron "te quiero".



Gràcies Nuka.






But Angie, Angie, you can't say we never tried 
Angie, you're beautiful, but ain't it time we said goodbye? 
Angie, I still love you, remember all those nights we cried? 
All the dreams we held so close seemed to all go up in smoke 
Let me whisper in your ear: 
Angie, Angie, where will it lead us from here? 





1 comentario:

  1. Ohhh una historia preciosa!

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